domingo, 21 de febrero de 2016

El pecado de Adán, condena a todos al infierno




Romanos 5:12 
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron. 

El pecado de Adán es suficiente para condenar a toda la raza humana a la perdición eterna.
Dios le dio adán el poder de tomar decisiones por su propia cuenta, 
(Génesis 2
15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 
16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 
17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.) 

Adán podía haberse mantenido firme y obedecer los mandatos del Señor, pero le ganó el deseo de los ojos y la codicia (Génesis 3:6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.) cosas por la cual pecó y condenó a toda la humanidad a una muerte segura y separados de la presencia de Dios, en un lago que arde con fuego y azufre.

Pero Dios que es amor y rico en misericordia, decidió desde antes de la fundación del mundo proveer para el hombre salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, de tal manera que una persona puede escapar al justo juicio de condenación creyendo en Jesús como su suficiente Salvador.  
Dice Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
 



lunes, 1 de febrero de 2016

Dios no olvida y jamás olvidará


Los Salmos Capítulo 77

77:1 Con mi voz clamé a Dios,
A Dios clamé, y él me escuchará.
77:2 Al Señor busqué en el día de mi angustia;
Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso;
Mi alma rehusaba consuelo.
77:3 Me acordaba de Dios, y me conmovía;
Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah
77:4 No me dejabas pegar los ojos;
Estaba yo quebrantado, y no hablaba.
77:5 Consideraba los días desde el principio,
Los años de los siglos.
77:6 Me acordaba de mis cánticos de noche;
Meditaba en mi corazón,
Y mi espíritu inquiría:
77:7 ¿Desechará el Señor para siempre,
Y no volverá más a sernos propicio?
77:8 ¿Ha cesado para siempre su misericordia?
¿Se ha acabado perpetuamente su promesa?
77:9 ¿Ha olvidado Dios el tener misericordia?
¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah
77:10 Dije: Enfermedad mía es esta;
Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.
77:11 Me acordaré de las obras de JAH;
Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.
77:12 Meditaré en todas tus obras,
Y hablaré de tus hechos.
77:13 Oh Dios, santo es tu camino;
¿Qué dios es grande como nuestro Dios?
77:14 Tú eres el Dios que hace maravillas;
Hiciste notorio en los pueblos tu poder.
77:15 Con tu brazo redimiste a tu pueblo,
A los hijos de Jacob y de José. Selah
77:16 Te vieron las aguas, oh Dios;
Las aguas te vieron, y temieron;
Los abismos también se estremecieron.
77:17 Las nubes echaron inundaciones de aguas;
Tronaron los cielos,
Y discurrieron tus rayos.
77:18 La voz de tu trueno estaba en el torbellino;
Tus relámpagos alumbraron el mundo;
Se estremeció y tembló la tierra.
77:19 En el mar fue tu camino,
Y tus sendas en las muchas aguas;
Y tus pisadas no fueron conocidas.
77:20 Condujiste a tu pueblo como ovejas
Por mano de Moisés y de Aarón.