ENTERA CONSAGRACIÓN Letra: Que mi vida entera esté
Consagrada a ti, Señor;
Que a mis manos pueda guiar
El impulso de Tu amor.
Coro:
¡Lávame en tu sangre, Salvador,
Límpiame de toda mi maldad;
Traigo a ti mi vida para ser, Señor,
Tuya por la eternidad!
Que mis pies tan solo en pos
De lo santo puedan ir;
Y que a ti, Señor, mi voz
Se complazca en bendecir.
Que mis labios al hablar
Hablen solo de Tu amor;
Que mis bienes ocultar
No los pueda a ti, Señor.
Que mi tiempo todo esté
Consagrado a tu loor;
Que mis labios al hablar
Hablen solo de Tu amor.
Toma, oh Dios, mi voluntad,
Y hazla tuya, nada más;
Toma, sí, mi corazón,
Y tu trono en él tendrás.
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- Partitura N° 248 del himnario adventista (con arreglos).
- 85 bpm, 4/4
- Letra del himnario popular, himno N° 94 ------------------------------------------------------------- Partitura:
Letra del himnario popular. Salvador a ti me rindo,
Y obedezco solo a ti,
Mi guiador, mi fortaleza,
Todo encuentra mi alma en ti.
Coro:
Yo me rindo a ti,
Yo me rindo a ti,
Mis flaquezas y pecados,
Todo traigo a ti.
Te confiesa sus delitos,
Mi contrito corazón,
¡Oye, oh Cristo! mi plegaria,
Quiero en ti tener perdón.
Tu bondad será la historia,
Que predique por doquier,
Y tu amor inagotable,
Será siempre mi querer.
¡Oh qué gozo encuentro en Cristo!
¡Cuánta paz a mi alma da!
Yo a su causa me consagro,
Y su amor, mi amor será.
HISTORIA:
“Por muchos años estuve estudiando arte. Mi vida entera
estaba envuelta en este asunto y la cosa más lejana que había en mi mente era
el servicio cristiano,” dijo Judson W. Van DeVenter. “Mi sueño era llegar a ser
un artista sobresaliente y famoso. Después de graduarme de la universidad,
estudié dibujo y pintura bajo la enseñanza de un muy conocido maestro alemán.
Para sostenerme económicamente, enseñé en una escuela y llegué a ser el
supervisor de arte en las escuelas públicas de Sharon, Pennsylvania”.
“Fue durante este período de mi vida que en la Primera
Iglesia Metodista, de la cual yo era miembro, tuvo lugar una campaña
evangelística. Me interesé mucho en esas reuniones a través de mi
responsabilidad como parte del personal de trabajadores. Y no mucho tiempo
después fui licenciado como predicador laico. Dios bendijo mis esfuerzos y
muchas almas fueron salvas en las reuniones de las cuales fui parte. El
Espíritu de Dios estaba poniendo fuertemente en mí la urgencia de dejar la
enseñanza y de entrar al campo evangelístico, pero yo no me rendía a Su
voluntad. Yo todavía tenía el ardiente deseo de ser un artista. Esta lucha se
intensificó por cinco años. Al final, el momento llegó en que no pude
resistirme más y le rendí todo a Dios — mi tiempo y mis talentos. Fue entonces
cuando un nuevo día resplandeció en mi vida. Llegué a ser un evangelista y
descubrí que dentro de lo profundo de mi corazón, había un don escondido, el
cual hasta el momento era desconocido para mí. Dios había escondido un cántico
en mi corazón y tocando un tierno acorde, me hizo cantar cánticos que nunca
antes había cantado”.
“Entonces escribí ‘Yo me Rindo a Ti’ en memoria del tiempo
cuando, después de la larga lucha, yo había rendido y dedicado mi vida al
servicio cristiano para el Señor. Fue escrito en el hogar del Sr. George
Sebring en East Palestina, Ohio. Fue el Sr. Sebring quien fundó más tarde la
ciudad de Sebring, Florida”.
¿Quién formó las olas al hablar?
¿Quién contó la arena en el mar?
Reyes, pueblos, tiemblan a Su voz
La creación le rinde adoración
CORO
Contempla a Dios
En Su trono está
Venid y adoradle
Contempla al Rey
Nadie es como Él
Venid y adoradle
¿Quién le dio consejo al Señor?
¿Quién cuestiona lo que Él habló?
¿Quién al sabio Dios puede enseñar?
¿Quién comprende Su gran majestad?
¿Quién sufrió los clavos en dolor?
¿Quién llevó el mal del pecador?
Jesucristo, humilde al perecer
Ha triunfado y reina con poder
PUENTE
¡Reinarás por siempre!
¡Que Tu gloria brille hoy!