miércoles, 31 de enero de 2024

Alabad, Oh los Siervos del Señor - pista con letra


Partitura N° 8 del Himnario Bautista, himno que lleva por título: "Alabad, oh los siervos del Señor" Este himno está basado en a letra del Salmo 113.
Letra:
1. Alabad, oh los siervos del Señor, Alabad al Señor; Bendecid el nombre de Dios, Bendecid el nombre de Dios, Por siempre y por siempre jamás. ¡Alabad al Señor! 2. Alabad, cantad gracias al Señor. A Dios dadle loor; Soberano es el Señor, Soberano es el Señor, Su gloria reina en nuestro ser. ¡Alabad al Señor! 3. Alabad, Honra y gloria dad a él. ¿Quién es como Jehová? Grande y potente es Dios; Grande y potente es Dios, Es Rey de reyes, Señor y Dios. ¡Alabad al Señor! 4. Alabad, oh los siervos del Señor, Dadle sumo loor, Al excelso y bendito Dios, Al excelso y bendito Dios; Cantadle con gratitud y amor. ¡Alabad al Señor!

martes, 31 de octubre de 2023

Los Cristianos y El Muro de los Lamentos en Israel


 Esta publicación es un poco de sarcasmo para las personas entendidas en la Palabra; pero no deja de tener mucha razón, porque en estos tiempos los creyentes no leen sus Biblias, por lo tanto, creen lo que muchos falsos maestros les enseñan. Si algún falso maestro les dijera que tienen que ir a orar al muro de los lamentos, ellos procurarían por todos los medios llegar hasta este lugar.

domingo, 29 de octubre de 2023

Jerusalén, no pertenece a Dios.

El apóstol Pablo en Gálatas 4, explica en un versículo corto, cuál es la condición de la Jerusalén actual, para con Dios.

lunes, 11 de abril de 2022

sábado, 4 de enero de 2020

¿Qué te preocupa? ¿De verdad eres creyente?




LA IGLESIA QUE INVITABA PREDICADORES

Fui a la Iglesia como todos los domingos y noté al momento del sermón una cara desconocida. Era una visita, un "coach" que comenzó hablando de manera muy agradable y con una gran sonrisa. El tiempo pasó rápido y entre anécdotas e historias inspiradoras volví a mi casa con el deseo de cambiar y ser mejor cristiano. A mitad de semana estaba abrazando nuevamente la tristeza y frustración de haber vuelto a foja cero.

Al próximo domingo invitaron a un psicólogo. Cuando comenzó su sermón pude entender cómo las emociones me afectaban y que si cambio mis pensamientos puedo cambiar mis acciones y por ello mi vida. Me fui contento porque entendí todo, descubrí nuevas cosas y me determiné a cambiar.

A los dos días la angustia me volvió a visitar y deseaba el domingo nuevamente.
Cuando llegó el día esperado, fui a la Iglesia. Allí estaba otro invitado, de traje y corbata, elegante, con voz firme y valiente. Pensé: "éste si me va a ayudar". Era un predicador que se hacía llamar "apóstol y profeta"; nos habló sobre las riquezas del cielo y cómo supuestamente Dios tendría que bendecirnos si "pactábamos" nuestra bendición. Ese pacto era una ofrenda en dinero y muchas personas pasaron al frente llevándolo. Por un momento dudé, pero, confiando en ese hombre, fui y también hice mi pacto. En la semana tuve que refinanciar mi deuda con la tarjeta de crédito, no recibí una bendición económica. Ahí me di cuenta que no me llovería dinero del cielo y que Dios no tenía la obligación de llenarme de riquezas. Recordé que Jesús fue un humilde carpintero, que no tenía donde recostar su cabeza. (Mateo 8:20).

Por último, pensé que era un caso perdido. Me dije: "este es el último domingo del mes", ojalá esté de nuevo el psicólogo, o el coach... su mirada y su sonrisa calma me inspiraron. Pero no. Había un nuevo invitado. Un anciano misionero, modesto en su vestir (en comparación con el apóstol), que no usó el proyector para pasarnos imágenes, solo pasó al frente con un libro. Era su Biblia y pensé: "prepárate para aburrirte".

Comenzó hablando de la soberanía de Dios para con el mundo, de cómo Él controla todos los sucesos en nuestra existencia y me asusté cuando citó Deuteronomio 32:39... nunca había visto a Dios de esa forma. Algo se empezó a encoger en mi alma (quizá mi orgullo). Nos llevó a recordar los diez mandamientos, y lo que Jesús dijo al respecto. Al ver que fallaba en casi todo, no encontraba posición en mi silla que disimulase mi inquietud. Algo en mí se rebeló... "¿Por qué me dice estas cosas?" , "¿acaso no venimos aquí a ser alentados? ". Casi me levanto y me voy, pero algo no me dejó despegarme del asiento. Siguió su exposición y entre diferentes versículos y pasajes entendí que no necesitaba un coach para vivir. Que Dios era Quien me daba fuerzas (Isaías 40:29). Cuando recordé al psicólogo y lo bien que explicó el tema emocional, no tuvo comparación cuando escuché Filipenses 4:6-8; allí había algo que no practicaba... "Oración y dependencia". La promesa del versículo 7 inundó mi corazón con aliento. Cuando explicó Romanos 8:28 me sentí seguro y contento porque entendí que las cosas malas de la vida también me acercan a Dios y sus propósitos. Cuando leyó Filipenses 4:11-13, fue como si me quitaran una raíz del corazón. El deseo de riquezas y prosperidad se esfumó... Si el gran apóstol Pablo pensaba de esa manera, ¿por qué yo debería reclamarle a Dios cosas materiales?

Por último, ya no podía levantar mi mirada... El peso de mi pecado me estaba aplastando. Y fue cuando escuché esa palabra "arrepentimiento". Cuando leyó Juan 6:37 comencé a llorar... «Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera». Saber que Él no me rechazaría fue hermoso y consolador. La soledad que sentía fue expulsada por algo nuevo. Clamé pidiendo perdón y limpieza por mis pecados.... (1 Juan 1:9) Y creí su promesa.

Al finalizar el culto, no solo salí con mis preguntas respondidas. Me di cuenta que nunca había sido salvo, que solo iba a la Iglesia a buscar soluciones a mis problemas. Que nadie me había hablado sobre el Dios de la Biblia y su evangelio. Y que las respuestas y guía a mis problemas siempre estuvieron ahí, en esa vieja biblia poco leída.

2Ti 3:16-17:
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.

SOLA SCRIPTURA

Por José Mauricio Vega

No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. 

Basta a cada día su propio mal.

Mateo 6:31-34




jueves, 30 de mayo de 2019

Leer la Biblia en pareja mejora la relación


Leer la Biblia junto con tu pareja, mejora la relación.

La Biblia mejora las relaciones de las parejas.

En estos días en donde la inseguridad, la desconfianza, la deslealtad, la traición, el engaño, etc, han aumentado en cifras gigantescas; una pareja, ya sea de enamorados, novios o casados, podrán encontrar una mejora sustantiva en su relación con el solo hecho de leer la Palabra de Dios en pareja.

La Biblia es el libro perfecto que contiene las instrucciones de Dios para vivir en este mundo y para la eternidad.

Escuche música Cristiana instrumental: En la cruz, en la cruz, do primero vi la luz

La Biblia es el libro sagrado que además de ser una fuente inagotable de conocimiento, es el único libro capaz de producir vida, estabilidad, eternidad, y todo lo bueno y lo santo que nos podamos imaginar.

La Biblia es el libro perfecto, porque su Autor es perfecto; es el libro santo, porque su Autor es tres veces santo.

Cuáles son los resultados de leer la Biblia en pareja:


1.       Mejora la confianza.
2.       Mejora la sinceridad.
3.       Mejora la comunicación.
4.       Mejora la seguridad en ambos.
5.       Les da felicidad.
6.       Los anima a ayudarse mutuamente.
7.       Aumenta el amor.
8.       Aumenta la consideración del uno con el otro.
9.       Es más fácil librarse del orgullo.
10.   Les ayuda a enfrentar con más eficacia los problemas.
11.   Despeja la mente de ambos.
12.   Los libera del estrés cotidiano.
13.   En los casados mejora su santidad para con el Señor.
14.   En los casados mejora la relación sexual con su pareja, obteniendo verdadera satisfacción.
15.   En los que aún son novios o enamorados, los ayuda a llegar al matrimonio sin cargos de conciencia y libres de pecado.
16.   En los que aún no conocen al Señor, los puede llevar a la felicidad eterna con Cristo en su reino.
17.   Si un hogar ya está en problemas, la lectura diaria de la Biblia podría ayudarlos a darles un nuevo hogar.

“LEA LA BIBLIA, ORE CADA DÍA, Y TENDRÁ PODER PARA VENCER EL MAL”

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